Mantenimiento. La mejor manera de ahorrar.


Para adquirir nuestra casa, generalmente es considerable el esfuerzo dedicado. Y es que una casa es mucho más que cuatro paredes y un techo.

Toda edificación es parte fundamental de alguna actividad del ser humano y una de las más importantes es donde vivimos ya que nos debe brindar abrigo, comodidad, seguridad, y gusto de habitarla. En ocasiones dedicamos mucho dinero a la rehabilitación o reforma, pero no debemos descuidar la protección de nuestra casa con puertas blindadas o cerraduras de seguridad.

Si nuestra casa funciona bien, la disfrutamos más.

Nuestra casa es un sistema.

Una casa cuenta con diversas áreas y diferentes sistemas que deben funcionar de manera correcta para lograr su objetivo como por ejemplo el sistema eléctrico que debe conducir la energía a cada tomacorriente e interruptores para alimentar los electrodomésticos y lámparas. El sistema sanitario que debe abastecer de agua potable al lavamanos, al lavadero, al excusado, etc. Y de igual manera recolectar el agua servida de cada equipo sanitario. El sistema estructural, compuesto de los elementos que resisten todas las fuerzas producto del peso de los materiales con que fue construido y les brinda la rigidez necesaria para mantenerse estable a pesar de cualquier movimiento telúrico que pudiera ocurrir u otro evento natural inesperado.

Cada uno de los factores mencionados implica gastos en la construcción, pero que a largo plazo es una gran inversión por el beneficio otorgado a quienes habitan en el hogar.

Todos los materiales de cada una de las piezas de la casa tienen un tiempo estimado de funcionamiento, como por ejemplo las bombillas, las cuales por lo general indican en el empaque una cantidad de horas determinadas luego de las cuales podrá ser necesario su reemplazo.

Este tiempo suele llamarse vida útil y cada elemento tiene un tiempo de vida distinto.

Otro ejemplo es el material de impermeabilización, que puede durar hasta diez años sin deteriorarse dependiendo de las condiciones a las que se encuentre sometido.

Podemos evitar gastos mayores.

Cuando alguno de los materiales o elementos comienza a deteriorarse, deja de funcionar de manera óptima y empieza a dar señales de que es necesario tomar medidas para que no se produzcan fallas mayores y evitar llegar al punto de fallar el sistema al que pertenece.

Para ilustrar la idea, retomemos el ejemplo de la impermeabilización. Si notamos que comienza a humedecerse el techo en el interior de la casa, es la señal de que el material impermeabilizante debe ser renovado. De no tomar acciones, puede aumentar la humedad en el techo al punto de disminuir su resistencia llegando incluso a derrumbarse.

El mantenimiento se refiere a todas esas acciones que se llevan a cabo para conservar el buen funcionamiento de las instalaciones. Y como podemos ver en el ejemplo anterior, a pesar que en ocasiones esas acciones involucren gasto de dinero (como el reemplazar la impermeabilización), hay que contrastar que el gasto puede ser mayor (en caso de reconstruir el techo) si no se toman las acciones a tiempo.

Sustituir los elementos dañados son acciones de mantenimiento.

De allí podemos deducir la importancia de realizar el mantenimiento y de lo beneficioso que resulta incluso para nuestro bolsillo.

Todos podemos colaborar.

El mantenimiento puede estar dirigido a dos actividades. Una de ellas es prevenir fallas, como cuando, sin haberse obstruido, limpiamos el sifón del lavamanos o fregadero, el drenaje de aguas pluviales, etc. Esto es conocido como Mantenimiento Preventivo.

Este tipo de mantenimiento requiere que continuamente se esté evaluando el funcionamiento general de las instalaciones. Incluso es idóneo realizar un plan programado para realizar inspecciones de manera rutinaria.

También existe el Mantenimiento Correctivo, que como lo indica su nombre, está destinado a corregir fallas luego de que éstas se presenten como por ejemplo el cambio de empacaduras o reemplazo de un grifo que presenta una gotera, el cambio de un tomacorriente quemado, la reparación del friso deteriorado, entre otras.

Al pintar protegemos las paredes del deterioro.

Lo mejor del mantenimiento preventivo es que se puede realizar en conjunto por todos los habitantes de la casa y como son pocas las actividades que requieren mano de obra especializada, puede llegar a ser realmente divertido tomarlo como parte de la rutina familiar donde pueden participar hasta los más pequeños.

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